12 ago 2010

Ese punto azul pálido (Pale Blue Dot): "¡No llores! Necesito todo mi coraje para morir a los veinte años"

sábado 19 de junio de 2010

"¡No llores! Necesito todo mi coraje para morir a los veinte años"

Éstas fueron las últimas palabras del matemático Évariste Galois a su hermano Alfredo en el hospital parisino de Cochin. Era el 30 de mayo de 1832. La mañana del día anterior, Galois recibía un disparo en el abdomen tras batirse en duelo en un descampado de Paris con un adversario de su misma ideología republicana. Moría a los veinte años un genio de las matemáticas y el creador de la teoría de grupos y cuerpos.

Évariste Galois nació el 25 de octubre de 1811 en Bourg-la-Reine, localidad cercana a París. Su padre, Nicholas-Gabriel Galois, era partidario de Napoleón y cabeza del partido liberal en la localidad, llegando incluso a ser elegido alcalde.

En los primeros  años de su vida, Évariste fue educado por su madre, Adelaïde-Marie, básicamente en lenguas clásicas como el latín y el griego; parece ser que no recibió una avanzada educación matemática hasta que cumplió los 16 años y asistió a las clases del profesor H. Jean Vernier. 


En ese momento dedicó todos sus esfuerzos a ingresar en la Escuela Politécnica de Palaiseau (École Polytechnique), cercana a París, y en aquel momento el centro más prestigioso de toda Francia.

Galoise suspendió dos veces el examen de ingreso en esta escuela. La primera vez (1828) se presentó un año antes de lo que era habitual y sin haber realizado el curso preparatorio. La segunda, pocas semanas después del suicidio de su padre.




Tras ver fracasadas sus expectativas iniciales, Galois se presentó a los exámenes para ser admitido en la menos prestigiosa École Normale de Paris. Aprobó al mismo tiempo que sus trabajos sobre teoría de grupos estaban a punto de ser presentados a la Academia de Ciencias. 


Cuando sus trabajos fueron recibidos por la Academia, fueron enviados inicialmente a Cauchy quien lo rechazó; y después de ser modificado por Galois fue remitido por el propio Cauchy a Jean Baptiste Joseph Fourier en su calidad de secretario perpetuo de la Academia. Desgraciadamente Fourier murió poco después, y el artículo de Galois no se encontró.



Pese a sus fracasos, Galois perseveró en su genio creativo y empezó a publicar en el Bulletin des Sciences Mathématiques, Astronomiques, Physiques et Chimiques del Barón de Férussac.

De la interpretación y lectura de sus artículos se vislumbra que nadie como él había llegado tan lejos en la búsqueda de las condiciones que determinan la resolución de las ecuaciones polinómicas.








Y la política entró en el juego.


Fiel a sus principios, Galoise se alistó en la Guardia Nacional, se involucro en el activismo republicano, fue encarcelado dos veces, y un lío de faldas poco después de ser liberado la segunda vez lo llevó a la mañana del día 30 de mayo de 1832...

La pregunta es inevitable: ¿hasta dónde hubiera podido llegar un genio como él en la ciencia matemática?. Nunca lo sabremos.


El matemático alemán Félix Klein dijo a finales del siglo XIX: «En Francia apareció hacia 1800 una nueva estrella de inimaginable brillo en el firmamento de las Matemáticas... Evariste Galois».





Évariste Galois descansa en no se sabe dónde, fue enterrado en una fosa común. En el cementerio de su localidad natal hay una pequeña lápida en su recuerdo.

Nos queda su obra y su corta e intensa vida, que como la de otros grandes genios, será eterna.






NOTA FINAL: Termino dejando un exquisito video que cuenta la vida de Galois y la enlaza con las investigaciones de Kammerer sobre la "Serialidad".

1 ago 2010

La Filosofía de House, por William Irwin y Henry Jacoby (Editorial Selector) — Tecnoculto

La Filosofía de House
by Andrés Borbón on 29 June, 2009
in Literatura
Hace un par de semanas, estaba por pagar una comida en uno de esos restaurantes donde hay una pequeña torre de libros giratoria con los éxitos del momento junto a la caja y vi este libro que, como buen aficionado a la serie Dr. House, me llamó poderosamente la atención, así que he decidido compartir mis impresiones al respecto.
El libro es en realidad una recopilación de ensayos por diferentes autores, todos ellos con grados académicos en Filosofía que crearon esta original obra la cual consta de 248 páginas y cientos de notas.
El libro (por si están interesados en él) es de fácil lectura y no hay necesidad de tener profundos conocimientos previos en filosofía para entenderlo. No es un análisis profundo de cada rama filosófica ni tampoco un listado de frases célebres de House. Sin embargo, se toma a Gregory House, el personaje ficticio, como objeto de estudio y los autores tratan de explicar su extraña conducta desde diversos puntos de vista. Así pues, se le ve desde el punto de vista de Sartre y el existencialismo, de la filosofía de Nietzsche, desde la doctrina Zen, la Taoísta, y se le compara a personajes como Sócrates y Diógenes.
Pero no solamente se analiza la personalidad de House, sino la de los que le rodean, haciendo énfasis en la amistad que lo une con Wilson, en la relación que mantiene con la Dra. Cuddy, con Cameron, Foreman y con Chase. El segundo equipo, que aparecería en la 4a y 5a temporada, no está presente a pesar de que el libro, tanto en su edición original en inglés como la edición mexicana, son del 2009.
El meollo de la mayor parte de los ensayos es, por supuesto, la moral de House, la cual es analizada minuciosamente tomando como material de referencia los capítulos, las frases que dijo y los casos a los que se enfrentó. Para la mayor parte de los autores, House no es un individuo sin escrúpulos como podría parecernos a primera vista, sino un médico con un enfoque científico a quien sólo le interesa la verdad. Para House, descubrir el diagnóstico es el fin último no solo de su práctica profesional, sino de su vida. En este aspecto, los autores llegan a compararlo con Sherlock Holmes quien, igual que House, era adicto al opio (el vicodin que consume House es un derivado del opio). Igual que Sherlock Holmes, House tiene a su Watson, con la diferencia de que el Watson de House está distribuido entre varios personajes.
La arrolladora honestidad de House se debe a su falta de compromiso con las reglas sociales, las cuales son un estorbo para su mente. A los largo de la serie lo vemos cometer actos que podrían parecer poco éticos pero que se justifican desde su punto de vista. Para él, hallar el diagnóstico lo es todo: El principio y el fin. Los medios de que deba valerse no tienen importancia. Miente, lastima, finge y, en no pocos casos hiere a los demás al decir siempre la verdad (su verdad). A House no le van los convencionalismos ni en su trato personal ni en su estilo de vida. No es un consumista, la moda tampoco le interesa y no establece relaciones románticas con nadie pues todo esto pondría en peligro su búsqueda de la verdad, su objetividad. Prefiere mil veces una buena discusión que un acuerdo hipócrita que mine su capacidad analítica.
La dependencia de House a las drogas es un punto que se discute ampliamente en el libro y los autores en realidad no se ponen de acuerdo en su significado pero coinciden en que la serenidad que le brindan los opiáceos, su alejamiento de los otros como personas y la “cosificación” del paciente lo sitúan en una posición privilegiada para analizar desapasionada y fríamente los casos que le toca resolver.
Se trata de un excelente libro cuyo objetivo se cumple (a mi juicio) cabalmente. Los fanáticos de la serie (como yo), lo disfrutarán enormemente, aunque tiene sus puntos débiles ya que al ser producto de diversos autores el estilo es irregular y, con frecuencia, se roban unos a otros los ejemplos haciendo que, de vez en cuando, la temática se vuelva un poco repetitiva.
Sin embargo, lo recomiendo ampliamente. Pero si no han visto la serie por lo menos hasta el final de la tercera temporada, absténganse de leerlo o se arriesgan a no entender algunos puntos de gran relevancia.